No pienso ir a ver la última
película de Clint Eastwood, no me interesa para nada. Se titula Hoover, creo, y
va de Hoover, o sea, el director del FBI, encarnado por Leonardo di Caprio.
Como la historia se desarrolla a lo largo de varias décadas, Eastwood ha
recurrido al más burdo maquillaje para caracterizar a sus héroes a través del
tiempo. Así que esta peli de muñecotes y maquillajes, como el tocador de la
señorita Pepis, evidencia, a mi modo de ver, el trasfondo mentiroso y falso de
todo o casi todo el cine de Eastwood, al que ahora de repente se le ven las
tripas…
¿Cómo se convirtió Clint en
intocable? ¿En qué momento los críticos decidieron que el Eastwood director era
la hostia? Creo que fue a raíz de un western tan sobrevalorado como Sin perdón. O tal vez con Los puentes de Madison, romántica historia que sospechosamente tanto gustó a (casi) todas las mujeres. El caso es que de pronto Eastwood era el
novamás, un gran cineasta, la reencarnación de John Ford y Howard Hawks por
lo menos. Era la opinión generalizada. Pero que no colaba. Veamos por qué.
CE como director tiene dos tipos
de películas:
-en las que se dirige a sí mismo
-en las que no se dirige a sí
mismo
Las primeras –Clint dirigiendo a
Clint- son un ejercicio de egolatría y de falta de vergüenza. Un CE que no
tiene abuela es siempre el más duro, el más fuerte, el más valiente, el más
callado y a la vez el que más folla…
Las segundas son como un
desmentido a su propio personaje, una forma de decir: “Eh, yo en realidad no
soy así, esto de los tiros y los puñetazos es para divertirse….yo creo en la
familia, en el amor… Por favor, un poco de madurez”.
Y sin embargo son filmes a los
que falta un hervor verdadero de ternura, de humor, de lirismo… La tan alabada
parquedad, el laconismo de CE, encubren más bien sosera, sequedad, rigidez,
cortedad de miras y falta de horizontes… Suelen ser películas correctas, de caligrafía esmerada,
pero epidérmicas. Eastwood es de esos hábiles directores que pueden prenderte
en el momento en que ves la película pero de la que te olvidas nada más salir a
la calle. Y últimamente, ni eso. Cartas desde Iwo Jima, Banderas de nuestros
padres, El intercambio son directamente soporiferas. Gran Torino (Clint
dirigiendo a Clint) es, sin más, una película simpática, aunque con un desenlace
tramposo. (Y es que si los desconsiderados vecinos están jodiendo a tus amigos chinos
será más lógico decirles que se muden de barrio que no sacrificarte por ellos,
como hace ejemplarmente el abuelo Clint.)
O Más allá de la vida, donde una
vez más Eastwood juega a ser
profundo. Enseguida soslaya el tema que da título a la película, que queda como
una especie de mcguffin narrativo para hilvanar un telefilme “de relaciones
humanas” en el que, como siempre, Eastwood es tan consciente de los resultados
que ha de provocar en su público, que apenas deja respirar a sus criaturas... (Lo
mejor de esta peli es la escena inicial del tsunami: quizá debería haber hecho
toda la película de catástrofes).
Todo esto lo siento y me jode.
Mitómano que es uno, habría querido que Eastwood quedase como héroe o antihéroe
en el nuevo milenio, un icono de la talla de John Wayne para esta época gris y
deslucida. Aunque sólo sea por la eufonía de su nombre -Clint Eastwood suena muy bien, suena
como una locomotora del viejo oeste atravesando a toda velocidad un bosque de
pinos aromáticos-. O, yo qué sé, por haber sido el intérprete de La fuga de Alcatraz, La leyenda de la ciudad
sin nombre, Por un puñado de dólares, Dos mulas y una mujer, y otras tantas películas que (esas sí) nos hicieron soñar.
Que ocurre si una peli gusta a las mujeres??
ResponderEliminarme puedes dar una razón por la que pase algo diferente a que si gusta a los hombres...
No creo que a muchas mujeres les gusten los peliculones de Van Damme
Por favor, identifíquese
EliminarLo sospechoso no es que guste a las mujeres, sino a prácticamente todas las mujeres, lo que me hace suponer que es un producto manufacturado, predeterminado y preconcebido...
A mí tampoco me gusta Van Damme
¿Vale?
Dejando a un lado suspicacias feministas como las expresadas por la comentarista de esta entrada del blog, la sospecha de Asís es razonable. Doy fe de que "Los puentes de Madison" gusta a todas las mujeres que conozco. En cierto modo es natural: las mujeres muestran predilección por las historias románticas y sentimentales, del mismo modo que los hombres prefieren, o al menos pueden disfrutar mejor, de películas de acción o bélicas. Aunque pueda parecer una explicación burda y simplista en extremo, supongo que tales afinidades responden a las esenciales diferencias psicológicas existentes entre hombres y mujeres. La comparación con Van Damme no me parece completamente adecuada: el actor belga sólo ha hecho "peliculones" de acción bastante mediocres, sin ninguna incursión en el género dramático. Y no a todos los hombres nos gustan igualmente las películas de Van Damme. Por cierto Van Damme no es experto en artes marciales, sino bailarín. Sus peleas acrobáticas son mera coreografía. Puestos a cambiar de género cinematográfico, y teniendo en cuenta sus dotes para la danza y sus aptitudes actorales, creo que no serviría más que para hacer películas eróticas o de porno "soft" para el mercado televisivo.
EliminarOtra cosa: Asis, así se modera un blog. Sin contemplaciones. Bien hecho. Me identifico:
Daniel
Si es que no entienden otro lenguaje
ResponderEliminarUn abrazo