viernes, 4 de marzo de 2016

LAS PUERTAS DE FLASH GORDON

 
 
 
Leo en Nadie acabará con los libros, libro de conversaciones entre Umberto Eco y Jean Claude Carriere (qué poca personalidad tengo, ahora como se ha muerto saco de la biblioteca un libro de Umberto Eco), en el que dice Eco, cuenta, entre anécdotas y sucedidos mil, cómo se han revalorizado las planchas originales de los cómics, cómo los coleccionistas pagan millonadas por una página de Flash Gordon dibujada por Alex Raymond –esto es así sobre todo porque cuando los originales llegaban a imprenta los impresores en cuanto componían la plancha con el original tiraban éste a la basura
 
Me acuerdo de las planchas de Flash Gordon que vimos en Estella –haciendo de puertas en un solar o chabisque (así llamaban a chabolas, cabañas, garajes que hacían la vez de clubs sociales, infantiles y/o juveniles)-, gigantescas planchas metálicas de unos dos metros de alto que a mí me parecieron a mis ocho años una invención de los dioses o así o, cuanto menos, un diseño muy cool para una puerta –una flipada la puerta metálica medio comida por hierbajos y malezas con las viñetas de Flash y Dale y los alienígenas en un negro azulado sobre el fondo plateado, portón rematado con un candado y en cada una de las dos hojas un montón de páginas y viñetas. 





Ahora que lo pienso tenían que corresponder a una plancha impresa para la editorial Buru Lan –famosa empresa de tebeos con sede en Donosti y talleres en Estella-, Buru Lan, que traducido del euskera sería algo así como “trabajo mental”.
 

 
La puerta pureta creo que no era de Raymond sino de Dan Barry, un dibujante que hacía un Flash Gordon más realista, pues su época debía de coincidir, o eso me parece, con la carrera espacial, la llegada de los hombres a la luna, etc, etc





1 comentario:

  1. Dos cosas: La primera es que fui de niño lector furioso de Flash Gordon , aquellos tebeos apaisados que me compraba mi padre todos los domingos en la libreria Simo de la Plaza Nueva, despues de cambiar los cromos de rigor (Lo tengo, lo tengo, lo tengo...). Maldita nostalgia.

    Segunda: Chabisque es una palabra que no es mia sino de Marisa mi mujer y llega directamente desde Estella, donde ella frecuentaba en su juventud todo tipo de chabisques. Simpre me ha parecido un invento, veo admnirado y con disculpas a ella que no lo era.

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