jueves, 31 de marzo de 2016

ZOLA

 
 

Esta noche he soñado con los libros de Zola que vi en Remar. Cuatro tomos de “novelas” de Ediciones Lorenzana. (Son cinco pero el IV no estaba). Pasé de largo porque para qué acumular más papel pero –tal vez más que por pasión bibliófila espoleado por su alto precio en internet- cuando volví a por ellos ya no estaban.

 

 
 
Las veinte novelas de los Rougon-Macquart… Si valen tanta pasta es porque rara vez se han editado completos en España*. Si no se han editado completos en España es porque aquí no le interesan a nadie.: Los Rougon Macquart, historia natural y social de una familia bajo el II Imperio. Ahí es nada
 


Y es que Zola, pese a ser un figurón en su época, mediático, sociológico y acusica, queda hoy como eslabón perdido que no va a ninguna parte...
 
 
La literatura francesa va por otros cauces: de la novela decimonónica** de Balzac a la movida interior de Proust mientras el pobre Emile se queda fluctuando en su bicicleta…
 

De Zola hacíamos chistes, en nuestra juventud irresponsable, cofundiéndolo con Cela. (En realidad llamando a Cela Zola). Zola zorra. Zola mola.
Zola tiene su público. Otro día, en las caóticas baldas de Remar, dos ediciones consecutivas de La bestia humana –consecutivas porque aparecieron y desaparecieron al mismo tiempo… Parece que los lectores de Zola se extinguieron con la II República, aquellos obreros ilustrados que también leían a Baroja, pero todavía deben de andar por ahí al quite – aunque notablemente envejecidos.

Lo que se le reprocha es ser creador de estereotipos más que de personajes, y que en ese rollo, el naturalismo, el determinismo, no haya imaginación que valga –¡aquellos malvados mefistotélicos de Balzac!- sino la implacable sociedad que determina la trama.




Habrá que ver. Yo para quitar el mono voy a leer algunas novelas sueltas: Germinal,  La jauría (también llamada La carnaza), El desastre (también llamada La debacle, que compré hará veinte años un verano caluroso en Moyano*** y reencontré –ejemplar de un guiri, edición en franchute- este pasado verano, a muy pocos metros, tirada sobre un banco de Atocha. El eterno retorno de Emile Zola.

 
 

*creo que ésta de Lorenzana de los años 60 es la única edición completa -en esos cinco tomos y también en esa colección roja que va novela a novela  (otras como las de Alianza y Alba sólo sacaron las cuatro primeras y desistieron en el empeño)



**la novela decimonónica, esa que empieza indefectiblemente: "Corría el otoño de 18.. cuando una joven llegaba a las puertas de París"




***me acuerdo de ver también por allí una edición decimonónica de Lourdes en dos tomos que aguantaron meses, o años, y no valían lo que un bocata de calamares


 

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