viernes, 15 de diciembre de 2017

DE NIRO ME PIRO




Tengo mazo de películas grabadas, con la tarifa plana de fusión de*** (pero paso de hacerles publicidad). A veces cae un western, o un thriller, o una de piratas, o una de De Niro, que es un género aparte. Pensaba haber visto todas las suyas pero siempre sale alguna que no.


De Niro tiene arte, aunque no se sepa en qué consiste. Dicen que hace mucho que sólo hace fula, incluso que su presencia en una película es señal de ésta. Muy atrás quedaron Taxi driver, Toro salvaje, El cazador o El padrino 2… Pero a mí me gusta siempre, y yo creo que salva todo lo que toca.


De Niro es bueno cuando ríe y mejor cuando sonríe, con esas rayitas junto a los ojos, que, cuidadín, no se sabe por dónde va a salir. Es bueno cuando llora, pero más mejor cuando a la vez ríe y llora, ese pedazo de actor, el devastador guerrero barbudo de La misión –que de pronto arrepentido comprende que ha sido un hijo de puta, algo se ha roto en su interior, consagrará su vida sólo a las causas más nobles.


De Niro es introspectivo. Se da en todas las pelis, siempre saca algo suyo, es directo, pero es más lo que queda detrás, todo un fondo de reserva. De Niro parece un tío agradable a condición de que no le toquen mucho los huevos.


Es bueno cuando habla y es bueno cuando calla. Un  presidiario escapado que se disfraza de cura, y pasa la frontera y, cuando le piden consejo o le piden la bendición, levanta las manos al cielo –en plan ¿Quién sabe?, sólo dios lo sabe- pero chitón por si acaso.

De Niro es un género aparte, aunque no se sepa muy bien por qué. Reservado, reticente, con cara de listo, seguro que  agradable en su casa, si le ponen algo rico pa comer.

Mola cuando habla y mola cuando escucha –una facultad también rara en la vida real, por lo que pocos actores saben representarla.

De Niro de niño


De niro/Brando
Dijeron que muerto Marlon Brando, De Niro era el más grande o en camino de serlo. Para mí es mucho mejor que Brando. Este sí que facturó un plus de jujana, limitándose a repetir el papel de Apocalypse now y a rascarse la calva durante veinte años más, hasta que se murió. El horror, el horror… Pobre Brando. 


DN tiene más registros. Lo mismo te hace de gánster chungo (Uno de los nuestros, Casino) que de gánster risión (Una terapia peligrosa, Malavita). El kíe que encarna en El cabo del miedo acojona más que cuando se disfraza de Frankenstein. 


Hace de falso cura (Nunca fuimos ángeles) y de cura legal (Sleepers). Y lo que le echen. Es cierto que, siguiendo las pautas de Brando, se lo curra menos ahora que en sus comienzos. Pero es que hacer de taxista psicópata o de boxeador tronado tiene que cansar mucho. Ahora prefiere hacer cosas “de risa”. (Brando no tenía mucha gracia).







De niro/Pacino

Pacino es el único con el que DN admite parangón. Pero Al Pacino gesticula mucho y a Bobby le basta con un rictus. Nunca habían salido juntos hasta que comparten una secuencia muy breve pero muy tensa en Heat, dos planetas que se rozan, cada uno en su órbita. 
-Soy el mejor
(-No.Yo)
-¿Eres mi amigo?
-Bueno...


Luego alguien tuvo la idea de juntarles ya todo el rato en otra película, un rollo de policías que no me acuerdo el título. Ambos son de Little Italy (Lídel Idali), pero Pacino no nos llega tanto porque es más yanqui. De Niro es universal.





-¿Llevas armas?
-¿Pero qué dices tú, chalao...?

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