martes, 18 de octubre de 2016

BILBAO REENCONTRADO: SUBIDA A BEGOÑA



En el domingo gris había que hacer esa excursión a la basílica, dejando otros planes perecederos. Yo quería subir por las escaleras y mi madre en el metro/ascensor, triunfando el sentido común.
el viejo ascensor (ya no pita)
las calzadas de Mallona
 












 
La iglesia a media tarde estaba semivacía, pasados los esplendores de las misas matutinas. La Virgen estaba sin manto, me hizo notar mi madre, como más auténtica (debe ser de quita y pon). Había cuadros grandes de la virgen entronizada por las masas, en un cerro pelado con la iglesia al fondo pero todavía sin Arabellas ni Otxarkoagas ni Txurdinagas… baratito entonses el metro cuadrado.


Aurresku en Begoña (Villaamil)
Había, rezando, vascorros de camisa a cuadros, que subían lo mismo que subía mi tío el millonario, para que la virgen le conservara el dinero. Había colombianas rezando y eslavas llorando, y aunque me hubiera gustado consolarlas salí a la calle a fumar un cigarro. Me acordaba de aquello de Umbral, en Mortal y rosa, al pasar por delante de una iglesia: “Nada hay adentro, todo está afuera”, y sin embargo me impresionaba aquel culto antropológico y matriarcal...  
 


Yo ya no me creía nada pero por si las moscas también pensaba subir el día del fin del mundo, por si acaso, por si se hundía Bilbao salir propulsados al cielo.



Esperé a que mi amatxu terminara de rezar a la ídem y anduvimos por el barrio de la montaña, viendo las colonias de chalets viejos junto al depósito de agua, asomándonos a las verjas del cementerio.
foto ochentera de Asís

Este cementerio como no se entierra desde los años 40 lo van a tirar y hacer un spa o algo. De chavales estaba abierto y nos metimos unos cuantos y salió un portero/cancerbero esgrimiendo una cadena. Luego yo iba a hacer fotos. La última vez que lo he visto ha sido en el cine, pues sale en El pico, la peli bilbaina de Eloy de la Iglesia, los protagonistas peleándose en el osario y luego por la hierba buscando una papela. (pero no encuentro fotogramas de esa secuencia, así que ahí van estos otros)



 
Bajé yo trotando las escaleras de Mallona y quedamos en la plaza de Unamona. Fuimos por el Casco a tomar chocolate con churros. Luego he recordado que todos los años, llegando el mes de mayo, una mañana no había clases y los chicos subíamos a Begoña. Por el Arenal un viejo malasombra diciendo que cuidadín, que al saber los macarrillas que subían los píos alumnos jesuíticos se apostaban en Mallona a atracar al personal. Pura leyenda urbana, jamás ocurrió nada. Sin duda  el viejo pederasta se aburría y quería acojonarnos y reírse a cuenta nuestra.
 



 
escaleras de Mallona: cuadro de Carmelo Lite Jiménez y foto de mi menda, hace mucho

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