En verdad no hubo tal peregrinación, sino que encontramos ahí la casa a cascoporro, como quien dice, y me acordé por un artículo que hice de que ahí, en Ezcaray, había nacido Buscarini, poeta maldito, y el ayuntamiento había tenido la ocurrencia de ponerle una placa y una calle (antes dedicada a José Antonio Primo de Rivera) y el poeta bohemio le da mucho lustre al pueblo, mayormente, hoy, turístico, y Buscarini ha tenido suerte al modo de los maudits franceses, porque Verlaine Baudelaire Nerval Rimbaud se ahorcaban o les encarcelaban o se gangrenaban o se deprimían pero tampoco les iba tan mal, con becas y prebendas, y cárceles confortables, seguro, y luego rescatados por la posteridad mientras que los de aquí, los pobres piojosos de aquí, nada, nadie se acuerda de lo que escribió Buscarini, pero sí de que iba por la Puerta del Sol, dando la chapa, dando el sablazo a todo el mundo, y que luego se murió en un manicomio de Logroño, yo había visto algo de Busca en un libro sobre los bohemios de Juan Manuel de Prada -libro que no pude leer entero, y mira que me interesaba el tema, y mira que lo intenté dos veces, pero nada- luego Iker Jiménez sacó que en el cristal de una zapatería que hay debajo de la casa de Buscarini se reflejaba una extraña mancha blanca y movediza, bueno, no se reflejaba porque no había nada que reflejar, era un fantasma
aquí vivió Armando Buscarini |
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